viernes, 16 de agosto de 2013

Añoranza.

Llevo más de mes y medio fuera de casa y cuanto más se acerca la fecha de regreso, más complicado se vuelve aguantar la añoranza que provoca el que es mi hogar.
Yo en Gandia no encajo. Ni me gustan las motos, ni las discotecas, ni siquiera la playa. Cuando juego a baloncesto me miran como a un bicho raro, como si ni siquiera supieran qué deporte es el que practico.
Además, en Madrid tengo mi vida hecha. Puede que no sea lo mejor que pueda haber pero la prefiero con creces a la que me tocaría vivir si viviera en Valencia.

Necesito volver a Torrejón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario