viernes, 16 de agosto de 2013

Madrid, ciudad suicida.

Vengo de una ciudad no apta para todo el mundo, aunque no lo parezca. Esta ciudad te hace vivir sensaciones que no cambiarías por nada en el mundo, también es una ciudad que te eleva para más tarde dejarte caer. Lo peor de esto es que muchas veces la ciudad, metafóricamente, te deja probar una pequeña cucharada del menú para después retirarte el plato y dejarte con un mal sabor de boca por el hecho de no poder seguir disfrutándola.
Es una ciudad con dos caras. La diversidad y la intolerancia. Tiendas de lujo y mendigos a sus puertas. Miles de rincones por descubrir y que suelen quedar en el olvido...
Madrid es una ciudad tan bipolar que muchas de las veces que me preguntan si me gusta, la única respuesta que se me ocurre es un "no sé, lo mejor es conocerla".

Añoranza.

Llevo más de mes y medio fuera de casa y cuanto más se acerca la fecha de regreso, más complicado se vuelve aguantar la añoranza que provoca el que es mi hogar.
Yo en Gandia no encajo. Ni me gustan las motos, ni las discotecas, ni siquiera la playa. Cuando juego a baloncesto me miran como a un bicho raro, como si ni siquiera supieran qué deporte es el que practico.
Además, en Madrid tengo mi vida hecha. Puede que no sea lo mejor que pueda haber pero la prefiero con creces a la que me tocaría vivir si viviera en Valencia.

Necesito volver a Torrejón.

martes, 6 de agosto de 2013

Querid@ desconocid@...

Querid@ desconocid@:

Creerá que esta carta ha llegado a su buzón por error, mas no fue por ese motivo, sino por puro azar.

Supongo que no me conocerá, al igual que es probable que yo tampoco conozca su persona, así que voy a contarle de una manera más o menos resumida el transcurrir de mi vida hasta el momento.

Nací en el año 1994 y, por desgracia, carezco de recuerdos de esa época. Mi niñez transcurrió de una manera medianamente plácida. En el colegio sacaba buenas notas, pero ese hecho lo manchaba otro hecho, me pasaba más tiempo castigado en el despacho del director que en clase.

Cuando llegué al instituto, la cosa cambió repentinamente. Los prejuicios y las malas lenguas hicieron que pasara parte de la secundaria en soledad. Los chavales se metían conmigo continuamente, las chicas se negaban a hablarme, y todo por no querer pararse a conocer a la persona que se ocultaba tras la careta de friki que me habían colocado.

Con el tiempo hubo un reducido grupo de personas que se preocuparon por conocerme como soy, dejando de lado los prejuicios acumulados durante años. A su vez, otros fingieron un falso interés por conocerme para tratar de corroborar falsa y vilmente la personalidad que se habían inventado para hacerme daño.

Hablando de eventos recientes, hace tiempo conocí a una de las personas más íntegras que he conocido en mi corta vida. Por varios motivos que no voy a revelar tuvo que regresar a su antiguo hogar. Debo decirle que es sumamente difícil encontrar una persona que te hace sentir comprendido y que por muy mal que se encuentre, siempre te brinde su apoyo. Y encima, si al poco tiempo de conocer a tu mejor amiga, te la arrebatan sin que ninguna de las dos personas tenga opción alguna de evitarlo, duele, y mucho.

Espero que mi narración no le haya parecido muy pesada, al igual que espero recibir noticias suyas en un futuro cercano.

Cordialmente

Cristian.

Querid@ desconocid@...

Querid@ desconocid@:

Creerá que esta carta ha llegado a su buzón por error, mas no fue por ese motivo, sino por puro azar.

Supongo que no me conocerá, al igual que es probable que yo tampoco conozca su persona, así que voy a contarle de una manera más o menos resumida el transcurrir de mi vida hasta el momento.

Nací en el año 1994 y, por desgracia, carezco de recuerdos de esa época. Mi niñez transcurrió de una manera medianamente plácida. En el colegio sacaba buenas notas, pero ese hecho lo manchaba otro hecho, me pasaba más tiempo castigado en el despacho del director que en clase.

Cuando llegué al instituto, la cosa cambió repentinamente. Los prejuicios y las malas lenguas hicieron que pasara parte de la secundaria en soledad. Los chavales se metían conmigo continuamente, las chicas se negaban a hablarme, y todo por no querer pararse a conocer a la persona que se ocultaba tras la careta de friki que me habían colocado.

Con el tiempo hubo un reducido grupo de personas que se preocuparon por conocerme como soy, dejando de lado los prejuicios acumulados durante años. A su vez, otros fingieron un falso interés por conocerme para tratar de corroborar falsa y vilmente la personalidad que se habían inventado para hacerme daño.

Hablando de eventos recientes, hace tiempo conocí a una de las personas más íntegras que he conocido en mi corta vida. Por varios motivos que no voy a revelar tuvo que regresar a su antiguo hogar. Debo decirle que es sumamente difícil encontrar una persona que te hace sentir comprendido y que por muy mal que se encuentre, siempre te brinde su apoyo. Y encima, si al poco tiempo de conocer a tu mejor amiga, te la arrebatan sin que ninguna de las dos personas tenga opción alguna de evitarlo, duele, y mucho.

Espero que mi narración no le haya parecido muy pesada, al igual que espero recibir noticias suyas en un futuro cercano.

Cordialmente

Cristian.

sábado, 29 de junio de 2013

Hablando de advenimientos y suscripciones.

A eso de las 3 de la tarde de hoy, el director del periódico El Mundo, Pedro J. Ramírez, anunciaba vía twitter que a las 20:30 haría un anuncio que, según él, "aceleraría el advenimiento de una nueva edad de oro del periodismo".
Inmediatamente, la red social comenzó a responder al tuit del periodista, algunos con sorna, otros haciendo reivindicaciones referentes al ERE en Unidad Editorial, que afecta a gran parte de la plantilla, y otros de manera expectante tratando de imaginar qué podría estar a punto de anunciarse.
Finalmente, llegó la hora y Pedro J. anunció un descuento en la suscripción a su plataforma de contenidos digitales por medio de un contrato de telefonía móvil.
Las reacciones no se han hecho esperar, sobre todo las de los periodistas, que "no quedarían indiferentes" según el director de El Mundo, reacciones especialmente en referencia al ERE de UE y las pérdidas millonarias de la empresa.
De todo esto saco una conclusión: como periodista no sé, pero si alguna vez decide cambiar de aires, podría dedicarse al mundo de la publicidad, porque su manera de vender humo empleando un vocabulario grandilocuente es capaz de generar una gran expectación siempre que lo desea.

viernes, 28 de junio de 2013

Fútbol

21:43 de la noche del jueves. Encuentro el paseo marítimo inusualmente vacío para las fechas en las que nos encontramos. Es verdad... No recordaba el fútbol. Millones de españoles postrados ante el televisor en hogares y bares sacando a relucir un patriotismo del que normalmente reniegan y dicen sentirse avergonzados.
Me abstengo de unirme a ese tipo de gente, con una caminata por la orilla de la playa y la suave brisa recorriendo mi cuerpo es más que suficiente para mí. No necesito más.

miércoles, 26 de junio de 2013

¡Hasta pronto!

El día llegó. Me veo forzado a abandonar mi rutina por unas vacaciones con altas perspectivas de fracaso en lo que se refiere al entretenimiento y la diversión. Durante estos dos meses "y pico" en Gandía (Valencia). voy a echar de menos a todo el mundo, desde los que están desde mi más tierna infancia a los que han entrado en mi vida durante el último año, pasando por aquellos que conocí desde que comencé el instituto.
Dado que no sé a ciencia cierta si podré escribir durante este tiempo, solo puedo desear que paséis un buen verano.

¡NOS LEEMOS!

viernes, 21 de junio de 2013

Verano y ¿cultura?

Llega el verano, y con él las vacaciones. Como en los últimos 15 años, me tocará dirigirme a Gandia, y las conversaciones sobre libros, música o demás cosas intelectuales serán -desgraciadamente- sustituidos por voceríos acerca de quién comete más temeridades sobre un ciclomotor, quién tiene los abdominales más marcados o qué "artista" de reggaetón provoca mejor perreo. Y todo esto, sazonado con las ya conocidas expresiones , tete o nano provocarán con total seguridad un hartazgo nunca antes visto en mi persona.
En realidad no estoy generalizando, no pongo en duda que en Gandia haya cultura, solo digo que en el ámbito en el cual me va a tocar moverme este verano no se atisba el más mínimo ápice de progreso humano.
Aunque odie el pueblo en el que vivo, voy a echarlo mucho de menos durante los próximos dos meses y medio.

viernes, 14 de junio de 2013

"Tres de febrero", por Martina Costillo

Aún ahora sigo sin saber cómo he llegado aquí, qué hago, por qué mis pasos han sido obligados a seguir este camino.
Esta vez en un cielo sin nubes que lo cubran, se asoman las luces del alba por mi derecha. Siempre radiantes, suaves pero deslumbrantes. Anhelo esa tranquila alegría del amanecer. El reloj dice que pasa más de media hora de las ocho. La cancha, coronada por dos canastas, todavía guarda restos de las lluvias que la visitan escondidas en la noche. Así, aún observando el cielo con envidia, el balón llega a mis manos. Lo boto lentamente, con tranquilidad, disfrutando de ello. Sonrío. ¡Cómo lo echaba en falta! Aquel sonido profundo, un tercer latido de mi corazón. Cada grano acariciando las yemas de mis dedos, tan ásperos y marcados como los recordaba. Quise correr y lanzar, tenía la canasta libre. Frenada súbita; la Prohibición. Paso la pelota al primero que siento cerca y suspiro mirando al suelo. Recuerdo distintas personas, familia, profesionales, y distintas frases que venían a decirme la misma idea: “No vuelvas a jugar al baloncesto”. Exhalo todo el aire que parece caber en mis pulmones hasta que el vacío empieza a doler, intentado que la presión me abandone junto a él y me dedico simplemente a observar como el azar crea los equipos y se acerca el inicio del partido.
Comenzamos sin saque central, sin importar quien haga la primera jugada. Intento olvidar que el mundo continúa más allá de la cancha, que existen los problemas y centrarme en vivir el partido. Cuando me doy cuenta el esférico está en mis manos, y yo dentro de la zona. Driblo como hacía meses atrás, salto, lanzo, la pelota atraviesa limpiamente las cuerdas de la canasta. ¡Dos puntos! La esperanza de despedirme del dolor florece… como los cerezos de abril, bellos pero efímeros, es la comparación que creo cuando, al intentar crear una segunda parábola perfecta y fallar, pierdo el equilibrio al finalizar un corto vuelo. Empieza por enésima vez esta condena. Cierro los ojos y aprieto la mandíbula. ¿Por qué? Quiero golpear lo primero que vea, aunque sea el suelo, esto debe ser la ira, pero no puedo hacerlo, tal vez impotencia. Resisto, y sigo el juego, cambiando a un ritmo más suave, pero todavía intenso para mí.
No ha pasado mucho tiempo, eso veo cuando miro mi muñeca. Todos siguen corriendo, atacan, defienden… Está claro que no se va a notar en ellos un cansancio que todavía no existe, y sin embargo, yo… Apaciguar el dolor me está robando fuerzas, mi respiración ya se altera. Intento toser, solo siento que sale de mi interior el último hálito de un enfermo. ¿En qué me he convertido? Junto a la angustia, la chaqueta comienza a crear un calor innecesario y a interrumpir mis movimientos. Durante una jugada de ataque en la que sobro, la dejo sobre el muro, cerca de las escaleras. Aprovecho que siguen sin echarme en falta y me agacho. Envuelvo el tobillo izquierdo con mis manos. Si se diera el remoto caso en que alguien se diera cuenta de mi presencia pensará que me estoy atando las zapatillas, como siempre parece pasar.
-¿Estás bien? ¿Te pasa algo?
-El tobillo… duele… - las palabras salieron solas, dejándome comprobar que es bien cierto que no sé mentir.
-Si te duele entonces díselo al profe y descansa.
Ya la había reconocido por la voz, no necesitaba mirar a una de mis compañeras de clase, pero aun así lo hice, alcé la cabeza y la observé, tan alta e imponente y yo tan pequeña y marchita.
-No.
Orgullo. Si hay algo que rebosa en mí eso es el orgullo, como una llama congelada, fría e irrompible, que se desborda por cada poro de mi piel. Un sentimiento férreo que me impide admitir la derrota y pensar siquiera en rendirme, tal vez el único que comprendo. Resistiré el dolor sin quejarme, como siempre he hecho; no me dejaré caer aunque mis huesos se resquebrajen, se partan o queden reducidos al polvo del que nacieron. “Aguantaré los veinte minutos que quedan.” Y en un momento de fugaz decisión me levanto y corro de nuevo, pidiendo el balón a aquel que lo bota en el centro del campo. Entro en la zona y lanzo precipitadamente, el balón golpea el aro y es perdido. Mi fachada orgullosa pierde gran parte de su fuerza. Corro de vuelta a mi propio campo, esperando el ataque, aunque ahora mi defensa es la más débil, y los contrarios parecen haberse percatado de ello sin siquiera buscar las razones. En cada ataque intentan penetrar a la zona superándome, y les es demasiado fácil. Pivotar ya es un reto para mi pie, una vez me pasan no hago un esfuerzo en girarme e insistir en la defensa. Me quedo quieta, bajo la cabeza, humillada, y espero a que encesten.
Según transcurre el partido empiezo a cometer fallos imperdonables: pasos, dobles, campo atrás… Cada error es una grieta más en mi orgullo; miradas anónimas hacia mi persona. Intento interpretarlas, la lógica me dice que deben ser acusadoras y me recriminan que vayamos perdiendo, tienen que querer decirme que no sirvo para esto y que me vaya del partido; yo solo sé que duelen. Pero poco me importa eso, el dolor físico es el único que puedo comprender con facilidad. Si cierro mis ojos lo veo claramente: huesos chocando, unos contra otros, sin que nada se lo impida, bailando al son de mis pasos una melodía dolorosamente rápida. Si observo mi zapatilla no puedo evitar imaginarlo: agujas clavadas en torno al tobillo. Para mí, esto es más sencillo que dar forma a los sentimientos.
El tiempo no parece querer correr. Nueve y cinco. Siempre veo los mismos números cada vez que lo compruebo. Mi desesperación es tal que empiezo a escuchar el tic-tac que un reloj digital no puede entonar. Nueve y seis. Ya no puedo correr de ninguna forma, paseo por la banda izquierda, olvidando mis funciones como jugadora. El juego sigue con intensidad, sin importar que me haya quedado atrás y, como siempre, nadie se ha dado cuenta de que estoy apartada. Nueve y siete. La verja chirría al abrirse. La voz del profesor es el pitido final. Todos paramos y recogemos las cosas. Nueve y ocho.
A ritmo lento, de uno en uno, subo los escalones que llevan a la pista de fútbol. Suspiro, hemos perdido, aunque tal vez en otras circunstancias hubiera disfrutado incluso de una derrota, por el hecho de ser en baloncesto. Una voz superior me saca de mi egocentrismo interno.
- Oye, ¿tú juegas al baloncesto?
-No.
Dos pasos después pienso que tal vez debería haber añadido un “¿Por?”. Creo que una conversación me ayudaría a desviar mis pensamientos del dolor. No, me ayudaría a pensar en algo y no mantener la mente en blanco su culpa.
Todos siguen el mismo camino, atravesando la pista de fútbol. Intento ir deprisa pero no puedo. Y aún nadie se ha dado cuenta de que cojeo ostensiblemente, del balanceo anormal de mi cuerpo, de que no soy capaz de mantener una trayectoria recta. Ando a trompicones y en zigzag, algo ya habitual y a lo que en el fondo me he acostumbrado. ¿Acaso he degenerado? Con los ojos entrecerrados y ceño fruncido llego finalmente a los vestuarios. Ignoro a cualquiera que me cruce y, de nuevo, es una acción recíproca. Con prisa entro en la ducha y me encierro allí. Las pocas chicas que quedan empiezan a marcharse, oigo el molesto chirriar de la puerta una y otra vez, y las voces disminuyen por momentos. Por si acaso todavía ronda alguna lenta por allí dejo la chaqueta fuera. Me dejo caer hasta quedar sentada, sujeto la puerta desde dentro con una mano, con otra agarro mi pie. Ahora que nadie me ve, mi orgullo se rompe, empiezo a liberar las lágrimas que he aguantado, que empecé a guardar meses atrás. Pero no sollozaré, no gritaré, nunca admitiré que me siento débil e inútil. Todavía sospecho que puede quedar una sombra allí. Muerdo mi labio inferior hasta levantar la piel. Con mis dientes agarro esa fina capa, tiro con fuerza, desgarrándome hasta sangrar. Paso la lengua por encima, cubriendo la herida con saliva: escuece. Presiono el punto exacto del tobillo que desencadena más dolor. Las lágrimas caen con más fuerza, esta vez creo que existe una razón. Representar físicamente lo que siento me ayuda a comprender sentimientos. Mi actual visión borrosa me impide distinguir los números del reloj. Recuesto la cabeza sobre los azulejos y cierro los ojos. Inspiro, espiro, lo repito las veces necesarias, callando el llanto que quiere salir con el aire. Tendré “paciencia” hasta que mi cuerpo quiera calmarse, solo espero que no tarde demasiado.
Finalmente decido salir de allí. Recojo la chaqueta bajo el brazo y, ya que mis manos están sucias, limpio con la manga de mi camiseta los restos del secreto lo mejor que puedo. Pero siempre quedarán señales, recuerdo como queda cada centímetro de mi rostro tras llorar de tanto mirarme en el espejo cuando lo hago, para intentar convencerme de mi debilidad sin conseguir nada más que pensar que veo a otra persona y burlarme de mi reflejo.
Veo que mi presentimiento no falló, todavía quedan dos chicas charlando en los lavabos. Prefiero pensar que no se dieron cuenta de que pasé entre ellas para salir. Me cuesta abrir la puerta, hoy ha querido pesar más que de costumbre. El aire invernal me golpea al salir, ahora más que nunca noto el rastro seco que ha quedado en mi cara, siento más frío en aquellos lugares que ha ensuciado el agua salada. Miro por última vez el reloj, las nueve y diecisiete minutos. El camino hasta clase me bastará para cambiar de personalidad, volver a esa falsa alegría y esconder todo lo que ha ocurrido para que no influya en mi sonrisa, que no tiemble, que no se mezclen dos personajes y se note que miento cuando digo que estoy bien. Si por casualidad alguien se fija y me pregunta, diré que solo es sudor y agua, porque aquí no ha pasado nada.
“Debería darme prisa, en cinco minutos tengo Biología.”

Fin de curso.

Estudio, sacrificio, compañerismo, buenos ratos. Después de estos nueve meses, voy a echar mucho de menos a mis compañeros.

miércoles, 5 de junio de 2013

Ninguneo.

¿Os ha pasado alguna vez que os ha empezado a gustar alguien y al muy poco tiempo ha empezado una relación con otra persona?
A mí sí, y un montón de veces ya. Es muy frustrante ilusionarte y que siempre te lleves el mismo chasco, una y otra vez.
Después me vendrá gente diciendo que "hay que tener paciencia" porque "todo llegará". ¿Y qué hago entonces, malgastar toda una vida esperando? Ahora mismo, ¿qué me queda? ¿Me pongo a patalear como un niño pequeño? O también puedo hacer lo que hago siempre: mantener una fachada fingiendo estar bien cuando en realidad no es así. La sensación de ninguneo que recorre mi cuerpo es enorme, insoportable.

domingo, 12 de mayo de 2013

Ostracismo.

Aquí estoy, llorando en mi habitación por alguien que no lo merece. Es increíble que pueda seguir existiendo gente cuyo único divertimento sea el de coger a personas que a sabiendas de tener una autoestima muy baja, llegando en algunos momentos a la nulidad, y hundirlas en la más absoluta de las miserias. Gente cuyo único objetivo parece que es condenar a otra persona al crudo ostracismo. Antes pensaba que estaba solo. Ahora, por su culpa, sé que tengo dicha certeza.

lunes, 6 de mayo de 2013

15 días

Dos semanas han pasado, dos semanas después sigo recibiendo dardos envenenados con la única intención de hundir mi autoestima y que, al sentirme solo, vuelva a convertirme en una especie de marioneta bajo su control.
Si cree que pienso entrar en la provocación, está muy equivocado.
Si no me trata como a un igual, paso. Estoy harto ya de sufrir sus trampas y sus chantajes emocionales.

sábado, 4 de mayo de 2013

3:19

Tres de la madrugada. Comienzo a ser consciente de mi decadencia mientras, por culpa de mi insomnio, contemplo inexpresivo los programas nocturnos de casino que han eliminado a la teletienda de la parrilla de las cadenas grandes. De tres días que llevo de puente he pasado dos muerto del asco en mi casa sin hacer nada mínimamente útil. Necesito una maldita conversación inteligente.

viernes, 26 de abril de 2013

Madrid, depósito de recuerdos

Paseos por las calles de la capital, decenas de recuerdos abordan mi mente, recuerdos gratos que se vuelven amargos ante la ausencia de la persona que los propició. No quiero volver a pasar por esos lugares sin esa persona que aporta un punto intelectual al diálogo.

domingo, 21 de abril de 2013

Reflexión.

Desesperación, amargura, tradición, humillación. Soledad. Me encuentro hundido en un pozo emocional del que no sé cómo voy a poder salir.

En días como hoy, no quiero palabras, solo necesito un abrazo, solo quiero que alguien me demuestre que todavía tengo a alguna persona que se preocupa por mí.

sábado, 13 de abril de 2013

Fracaso.

"Es tarde", dijo entre sollozos mientras trataba de asimilar la nueva situación. Ella, la chica por quien él seria capaz de dar todo de sí, se había ido con otro, dejando al pobre chaval en la más absoluta depresión.

"Supongo que tendré que superar todo esto", pensaba mientras se alejaba de la explanada en la que habían pasado tantos momentos bonitos.

"Ya no queda esperanza..."

jueves, 11 de abril de 2013

Atormentado.

Un banco en un parque, gente pasando, recuerdos comienzan a atormentar su cabeza.

"¿Y si me hubiera atrevido a mostrarle mis sentimientos?", pensaba mientras las lágrimas comenzaban a inundar su bronceada tez.

Lo siguiente que le vino a la mente fueron esos momentos con ella, se había mostrado coartado, procurando no evidenciar aquello que le resultaba tan complicado ocultar.

Se encontraba en una encrucijada, seguir sufriendo en silencio o arriesgar su mayor amistad por amor a riesgo de perderlo todo.

Aquel chaval siguió pensativo en aquel banco de aquel parque donde encontraba solución a casi todos sus problemas...

Atormentado

Un banco en un parque, gente pasando, recuerdos comienzan a atormentar su cabeza.

"¿Y si me hubiera atrevido a mostrarle mis sentimientos?", pensaba mientras las lágrimas comenzaban a inundar su bronceada tez.

Lo siguiente que le vino a la mente fueron esos momentos con ella, se había mostrado coartado, procurando no evidenciar aquello que le resultaba tan complicado ocultar.

Se encontraba en una encrucijada, seguir sufriendo en silencio o arriesgar su mayor amistad por amor a riesgo de perderlo todo.

Aquel chaval siguió pensativo en aquel banco de aquel parque donde encontraba solución a casi todos sus problemas...

lunes, 8 de abril de 2013

Incompleto.

Hacía tiempo ya que no me encontraba así de mal en mi interior. Vuelvo a notarme incompleto, falto de afecto, necesitado de alguien que me muestre algo de consideración.
Me voy a ver la lucha libre, no quiero seguir obsesionándome con esto.

sábado, 23 de marzo de 2013

Asco.

Comienzo a notar la ausencia de mi mejor amiga. Me hallo en un círculo vicioso que se sustenta en la rabia por la superficialidad que hay a mi alrededor y la ausencia de alguien que, por lo menos, intente calmarme. Esta semana el único refugio que voy a encontrar va a ser este blog y mis auriculares para tratar de aislarme de esta mierda de sociedad y de la gente de este pueblucho, del cual me quiero ir para no tener que volver, nunca.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Fallas.

Llega marzo, con él, comienza a extenderse el agradable perfume a pólvora por las calles de la ciudad de Valencia. El artista pirotécnico aguarda impaciente a que lleguen las dos de la tarde y la fallera mayor anuncie que puede dar comienzo la mascletà.
Entonces, se prende la mecha y comienzan a explotar los petardos al ritmo de una canción de Safri Duo. Finaliza la mascletà con un saldo de 300 kilogramos de pólvora utilizados durante el espectáculo de cuatro minutos.
Pasan los días y, finalmente llega el tan ansiado día: San José, el patrón de los carpinteros. Ese día en el que las grandes estructuras que simbolizan los aspectos crudos de la sociedad son arrasadas por el fuego purificador.
Llegan las 10 de la noche, los monumentos infantiles, que habitualmente son construidos por los propios miembros de las casas falleras se reducen a ceniza, con las consiguientes lágrimas de los niños.
Es la hora, por fin, ya es medianoche. Es momento de contemplar cómo todo el trabajo de todo un año pasa a consumirse con gran voracidad. La fallera mayor da orden al pirotécnico de comenzar con el castillo previo a la cremà. Finaliza el castillo y la fallera aprieta el botón que conduce al irrefrenable fin del monumento, ha comenzado la traca que prenderá la falla. Unos veinte minutos más tarde, aquella preciosidad de porexpán, madera y pintura ha sido reducida a humo, ceniza y a lágrimas en los rostros de los más implicados en esta fiesta.
Ahora solo queda empezar a pensar en el año que viene...

domingo, 10 de marzo de 2013

I love this game.

Quiero reestrenar el blog hablando de aquello que me ha mantenido medianamente sereno cuando más solo me encontraba. Estoy hablando del baloncesto. Lo empecé a practicar hace 5 años, tras haberme lesionado la rodilla, posiblemente como un método para conocer mis límites debido a la lesión, de la cual aún no me han podido operar, pero fue dando lugar a un sentimiento de bienestar al practicarlo, se convirtió en algo así como una droga, a pesar de que mi técnica era nula. Esto provocó en mí un enorme afán de superación para tratar de ponerme a la altura de la gente con la que jugaba.
Ahora juego infinitamente mejor que entonces aunque debo admitir que todavía me queda mucho que mejorar. Al menos ahora los partidos con mis amigos están mucho más igualados, nada que ver con antaño.
Por ahora, lo próximo que quiero en relación al baloncesto es apuntarme a un equipo donde me enseñen a jugar bien, porque uno se termina quedando estancado al haber jugado solamente en la calle.
El baloncesto me ha traído serenidad, desahogo, afán de superación y también a un montón de gente maravillosa que no quiero perder.

lunes, 4 de marzo de 2013

Una pantalla de móvil...

...ventana a mi interior. Puedo parecer la persona más feliz cuando me ves en persona, pues no lo soy. Por desgracia la mayor parte del tiempo es por fachada. Odio hacerlo pero de no suceder, posiblemente los ataques hacia mi persona serían mucho peores de los que actualmente recibo. Lo sé por experiencia, en 1º de la ESO tuve que aprender a controlar mis emociones a causa de la crueldad de algunos compañeros, hasta el punto de ser prácticamente hermético a la hora de expresar mis sentimientos en persona. A través de una pantalla no se da el mismo caso. Un ejemplo fácil es este blog, el cual sigo escribiendo a pesar de algunos ataques que he recibido desde que lo escribo. Todo esto implica, en mi opinión, que por miedo a posibles ataques no soy capaz de demostrar mis sentimientos cuando lo considero necesario y me hace quedar como una persona fría e incluso, según me dicen, insensible a veces. Me gustaría cambiar eso pero la experiencia me ha dicho que, de momento, no debería hacerlo.

viernes, 1 de marzo de 2013

Adiós.

A estas alturas empiezo a pensar que no fue una buena idea comenzar con este blog. Y esta idea que ronda por mi cabeza no es fruto de un calentón, llevo sopesándolo durante cerca de un mes.
Una de las posibles causas es por culpa de los sucesivos palos que me estoy llevando por tratar de abrir una puerta a mi corazón. El hecho de que exprese mis sentimientos y emociones y los usen para hacerme más daño me hace pensar que la gente que está a mi alrededor no me aprecia realmente.
Otra de las posibles razones es que ya no siento la misma sensación de desahogo que cuando empecé.
De momento, lo único que sé es que voy a aparcar indefinidamente este blog hasta que me vuelva a sentir con fuerzas para afrontarlo o me surja la necesidad de expresarme por este canal.
Sin nada más que decir por el momento, me despido temporalmente deseando que tengáis una vida feliz, al menos eso intentaré, a pesar de lo difícil que me va a resultar.

Un abrazo y hasta pronto.

Cristian.

¡Felicidades, Patricia!

Hoy voy a hablar de una de las personas que más quiero en este mundo, quien hoy se nos hace un poquito mayor.
La conocí hace algo más de dos años, al principio sólo era mi compañera de baloncesto pero poco después se convirtió en mi mejor amiga, y no tardó en convertirse en uno de los puntales que actualmente me sostienen.
Hemos pasado juntos momentos buenos, ahora mismo no me viene a la cabeza ninguno malo, la he cagado muchas veces pero ella me ha sabido comprender en todo momento, aportándome la ayuda necesaria para superar los baches.
Y son esas, entre muchas otras, las razones por las cuales no quiero perderla por nada en el mundo.
Concluyo estas lineas deseandote todo lo mejor de corazón, porque te mereces todo eso y mucho más, Patricia. Y nunca olvides que te quiero mucho y que quiero seguir pasando buenos momentos junto a ti.

martes, 19 de febrero de 2013

Detesto...

...que me utilicen.
...que gente que no me conoce haga chistes sobre mí en base a un mote que me pusieron de pequeño y que odio que me lo llamen.
...que esos que van presumiendo de que su cultura se basa en el respeto no se apliquen el cuento.
...que intenten marginarme por no ser como todos los demás.
...que me miren como a un rarito porque escuche metal y rap que, por cierto, NO SON INCOMPATIBLES.
...no tener el valor de expresarle mis sentimientos a la chica que me gusta.
...no saber aconsejar a la gente que recurre a mi cuando lo necesitan.
...que cuando tengo un día malo, alguien lo tenga que rematar.
...que cuando el día va bien, alguien lo joda.
...que consigan embaucarme para después ser yo quien queda como un interesado.

jueves, 14 de febrero de 2013

¿Un solo día para demostrar amor y cariño?

Como cada año, llega el 14 de febrero y, con él, los regalos románticos, los despistes de los que no han comprado nada a su pareja, mofas sobre la jornada, etc.

Pero, ¿por qué tanta expectación con el día de San Valentín? ¿No sería mejor demostrar el amor por una persona cada día? Pues, aunque parezca mentira, todavía existe gente que no termina de entender esto, personas que sólo hacen cosas diferentes coincidiendo con la festividad.

Por otro lado, en nuestro habla existen unas cuantas expresiones que progresivamente están perdiendo su valor, como la expresión "te quiero". Esta expresión la he oído tantas veces que para mi ya carece de significado, excepto en casos de gente que sé que suelen ser reacios a decirlo. Personalmente, yo si le digo a una persona que la quiero es porque siento algo por ella, nunca lo he soltado a la ligera ni pienso hacerlo.

No quiero despedirme sin dedicarle una frase a la chica que me gusta:

"¿Que llegue el 14 de febrero para decirte que te quiero?
Mejor todo el año para profesarte mi amor sincero"

lunes, 11 de febrero de 2013

Dudas.

Pasan las horas, los minutos agonizan mientras espera a que su móvil suene, pero esta vez tampoco lo hará. Empieza a perder la esperanza en labrar un futuro junto a ella, piensa que le va a rechazar de la forma más humillante. Empieza a reflexionar:
-¿Y si me arriesgo? ¿Perderé sólo la posibilidad de estar con ella o también perderé su amistad?

Las dudas retumban en su cabeza, dudas cuya respuesta encuentra cada vez más lejos.

lunes, 4 de febrero de 2013

Día de la tortilla 2013

En mi pueblo (aunque prefiero llamarlo ciudad), Torrejón de Ardoz, desde tiempos inmemoriales (eso lo digo porque no tengo ni zorra de cuándo) se celebra coincidiendo con el día de San Blas, el día de la tortilla, una jornada que básicamente consiste en que las familias y los jóvenes que van a su bola se van al recinto ferial a comer tortilla en la explanada de césped adyacente al lago del propio recinto.
¿Por qué a los jóvenes torrejoneros les gusta tanto esta "festividad"? Muy sencillo, porque aunque no es una fiesta oficial para ellos es como si lo fuera, porque las familias, con la mayor permisividad posible, les permiten saltarse las clases ese día. ¿Y que hacen algunos profesores para evitar tanto absentismo? La solución más fácil para ellos y la peor para los jóvenes: examen al canto.

Bueno, ya que he explicado a grandes rasgos en qué consiste el día de la tortilla, voy a comentar algunas cosas que me han sucedido durante el día.

En primer lugar, gymkhana de habilidades en bicicleta. la actividad que a priori se presumía la más espectacular de la jornada resultó ser una de las actividades más cutres de los últimos años, una serie de conos dispuestos sin ton ni son y un tablero de MDF a modo de balancín, tablero demasiado poco grueso para el peso que debía soportar y que terminó partiéndose.

Por otro lado, la exhibición canina de la policía local. La plaza de toros de la localidad llena hasta la bandera para un "espectáculo" que solo demostró lo buenos y disciplinados que son los canes del cuerpo de policía a la hora de detectar drogas. Y al colocar droga a los agentes de paisano que colaboraban en la exhibición no se quedaban cortos. Bolsas grandes de marihuana, tabletas de hachís tamaño XXL y fardo de cocaína de, por lo menos, medio kilo.

Pero antes de la exhibición, tuvimos el "privilegio" de disfrutar de una masterclass de Zumba, ese baile que ha llegado igual que se va a ir, rapidito y sin hacer mucho ruido. En la masterclass, los problemas técnicos estaban a la orden del día, bueno, el único problema era que en lugar de programar la sesión en formato digital, usaron un CD, con los consiguientes riesgos que ello supone. Y, siguiendo al pie de la letra la Ley de Murphy, el CD estaba completamente rallado, impidiendo a las tres pobres chicas presentes sobre el escenario impartir su taller.

Y, como última actividad mínimamente interesante de la tarde, el taller de breakdance impartido por mis amigos de la Breaking Crew y asociación cultual Air Style. Actividad que cumplió todas las expectativas, al final resultó ser la mierda que tanto ellos como un servidor vaticinaban. Cuando preguntaban a la gente presente si alguno deseaba aprender por lo menos algún movimiento básico, no encontraron ninguna respuesta afirmativa, si no tenemos en cuenta a unos cuantos niños de entre 3 y 5 años que pasaban por allí.

Y, paseando por el recinto ferial, uno se encuentra a la típica gente que dejó de llamarte hace ya mucho tiempo y te saluda ahora buscando retomar una amistad por el interés. Yo, como de costumbre, me he hecho el sordo, porque no tengo ganas de aguantar a cierta gente.

Pero bueno, el día tampoco ha estado mal, hoy sobre todo han predominado las risas. Y tras un texto de tal longitud como este, he de suponer que mi ausencia de 9 días está más que justificada, porque semejante rajada lleva tiempo para fraguarse.

Con esto me despido hasta la próxima entrada no pesimista, invitándoos a reflexionar con una cita del dictador chino Mao Tse-Tung que me da que pensar: «Leer demasiados libros es peligroso».

viernes, 25 de enero de 2013

Mal inicio.

Debo decirlo, me está costando empezar el año con optimismo, las circunstancias que se me presentan no son propicias para ello. Sigo desaprovechando el tiempo en el instituto (aunque esta vez por problemas en la espalda), la convivencia familiar cada vez es más complicada y sigo más que estancado en el plano amoroso. Me puede la cobardía, el miedo a lo que puedo perder así las cosas se tuercen. A pesar de ello, creo que tengo una forma de pensar algo distinta al año pasado. Mientras el año pasado me obsesionaba completamente por buscar novia, ahora pienso que aunque me guste una chica muchísimo, debo ser paciente y esperar a que llegue esa persona que me complete en el momento oportuno.
Y, aunque me está costando no perder la paciencia, aguanto con la esperanza de obtener la felicidad por poco que pueda durar.

miércoles, 23 de enero de 2013

Nuevos sentimientos.

Nuevos sentimientos afloran en mi interior como si mi corazón estuviese experimentando una primavera anticipada. Estos sentimientos seguramente atraerán nuevo sufrimiento, estoy muy seguro de ello, pero creo que esta vez voy a poder enfrentarme a ellos con mayor fortaleza que en otras ocasiones, por mucho que me cueste.

sábado, 19 de enero de 2013

Fortaleza

Hay muchas de mi forma de ser que no me gustan pero lo que menos me gusta de mí es que soy muy enamoradizo, y tengo una manera, digamos que rara de pillarme por una chica. Creo en el amor a primera vista y siempre que no soy correspondido (cosa que casi siempre me pasa) lo paso muy mal. A mí no me enamora un cuerpo escultural ni una cara bonita, a mí lo que me enamora es una forma de ser, una persona con la que pueda sentirme bien, creo que tampoco pido tanto para que las chicas me den tantos hachazos. Creo que he encontrado la persona que me completa pero aún así creo que esa chica no me corresponde. A pesar de eso voy a intentar no hundirme y demostrar fortaleza, por mucho que me cueste.

viernes, 18 de enero de 2013

Independencia

Cada día me encuentro algo peor, si ayer algo estaba muy bien pensado, hoy es porque soy un vago que no quiere hacer nada. La convivencia en mi casa se complica con una familia que cuando no tiene suficiente divertimento me busca para provocar una bronca. Y no tienen intención alguna de cambiar eso, que es lo que más me molesta. ¿Por qué siempre tengo que ser yo el que se lleva una bronca tras otra sin motivo? ¿Por qué siempre que pierde el equipo favorito del resto de la familia me tienen que amargar la existencia? Lo único que sé es que me pienso ir de casa (si es que algún día puedo, dada la situación económica) cuando tenga garantías de que no voy a tener que volver con vergüenza. Tengo mucha paciencia pero llevo ya demasiado tiempo puteado.

domingo, 13 de enero de 2013

Sobra gente.

Uno al tener mucho tiempo libre, se pone a reflexionar sobre su vida, su entorno, "amistades", etc. y llega a ciertas conclusiones. La mía es que mucha gente que se supone que esta cerca de mí sobra. Estoy absolutamente harto de ser el sujetavelas de todo el mundo, de ser no el segundo sino el cuarto o quinto plato, de que mis "amigos" nunca quieran ir conmigo. ¿Tengo que estar haciendo todo lo que los demás quieran? Ni de coña, antes sólo que mal acompañado. Mi parecer a estas alturas es que sólo me quedan tres personas que merecen la pena, a dos casi no las puedo ver por razones comprensibles y a la tercera la he conocido en persona recientemente. Estas personas son las únicas que me dan apoyo y me transmiten buenas vibraciones, no como las discusiones, broncas y extrema superficialidad de los que se supone que eran mis "amigos". He pasado por alto demasiadas faltas de respeto, pero mi paciencia tiene un límite y ya ha sido rebasado... ¿Que después de leer esto me van a intentar marginar y condenarme al ostracismo? Soy consciente de ello pero con la ayuda de esas tres personas que quiero cerca de mi todo será mucho más fácil.

lunes, 7 de enero de 2013

Soledad

Cada día que pasa siento que cada vez estoy más solo. Los "amigos" dejan de llamarme, el apoyo que tengo se reduce... ¿Por qué? ¿Porque me niego a pensar lo mismo que la mayoría? ¿Porque no cedo a la presión de grupo? De esa forma no quiero estar, acatando todo lo que dicta la mayoría hasta quedar reducido a una versión marionetil de mi mismo. Quiero que se me tenga en cuenta, que no se me tilde de raro por pensar diferente. ¿Si no encuentro eso me tengo que quedar solo? No me gustaría llegar a ese extremo aunque tampoco me preocuparía demasiado. Ya he estado solo durante mucho tiempo, por desgracia ya estoy acostumbrado a eso.

domingo, 6 de enero de 2013

Ella

Su sonrisa, su manera de animarme cuando peor me encuentro, su saber estar, su madurez, su simpatía, su inteligencia... Podría seguir enumerando las cosas que me gustan de ella, pero ocuparía un espacio que provocaría aburrimiento... Pero es que me vuelve loco, creo que pronto seré capaz de atreverme a decirle lo que siento...