Pasan las horas, los minutos agonizan mientras espera a que su móvil suene, pero esta vez tampoco lo hará. Empieza a perder la esperanza en labrar un futuro junto a ella, piensa que le va a rechazar de la forma más humillante. Empieza a reflexionar:
-¿Y si me arriesgo? ¿Perderé sólo la posibilidad de estar con ella o también perderé su amistad?
Las dudas retumban en su cabeza, dudas cuya respuesta encuentra cada vez más lejos.
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