Últimamente, he pasado bastante tiempo aislado, reflexionando, analizando múltiples aspectos de mi vida y, debo decir que en la actualidad mi situación no es tan mala como a priori pudiera pensar.
Durante el inicio de mi adolescencia, siempre fui el marginado de la clase. Los chicos se metían conmigo, las chicas se negaban a hablarme... Todo por no detenerse a conocerme tal y como era, y como soy. Los prejuicios siempre jugaron un papel clave en mi situación, probando que los niños con doce años pueden ser muy crueles.
Actualmente no puedo decir que todo el mundo me conoce tal como soy en realidad, todas estas experiencias negativas me siguen haciendo reacio a salir completamente de la coraza que hice para protegerme de cualquier daño. Ni siquiera en twitter, donde soy un usuario activo, me muestro completamente. No paso de dar pequeños matices, porque no me fío lo más mínimo de lo que puede hacer la gente en Internet con tiempo libre.
Un profesor y gran amigo me dijo que cuando escribo en el blog me desnudo mucho. No me queda otra opción que darle la razón. Desde el primer momento he considerado esta dirección web como mi espacio, el lugar donde me expreso plenamente, en el que plasmo mis sentimientos e inquietudes como son, sin miedo al "qué dirán".
Como ya he dicho, siempre he estado bastante solo en esta aventura, pero quiero agradecer a unas cuantas personas por no haberse dejado guiar por los prejuicios y haberme concedido esta oportunidad de formar parte de sus vidas.
En primer lugar, Corrales, gracias por enseñarme a ser mejor persona cada vez que hablo contigo.
Pepelu, gracias por nuestros momentos de cachondeo. (PD: te prometo más momentos Tony. PD2: te sigo debiendo 3,5€)
Javier y Ruby, muchas gracias por todos los momentos que hemos pasado juntos y por todos los consejos quite me habéis dado a lo largo de los años.
Patricia, gracias por seguir aguantándome después de casi cuatro años, tu madurez y tu manera de ser me han ayudado bastante.
Olalla e Ikuska, a pesar de ser de lugares tan distintos y de que no os conozcáis, aparecisteis en mi vida hace relativamente poco, pero ya me habéis demostrado mucho más que mucha gente en casi veinte años.
Fátima, ¿que voy a decir de mi segunda pelirroja favorita [tú ya comprendes quién es la primera ;-)]? Gracias por estar siempre cuando lo necesitaba, sabes que para lo que haga falta me tienes cruzando la calle.
Y por último, pero no por ello menos importante, Celia, muchas gracias por enseñarme a amar Madrid, por mostrarme que se puede ser feliz sentado en un banco en el Retiro.
Por inculcarme que la retirada no es una opción. Por abrirme una vía para dejar de ocultarme bajo una fachada y ser quien realmente soy. Y sobre todo, POR ESTAR en mi vida. POR SER la persona más importante para mí desde hace tiempo. Y, aunque a veces puedas llegar a discrepar, simplemente POR EXISTIR.