Puede que sea todo el tiempo que llevo fuera. Que estas siete semanas y media hayan conseguido hacer mella en mí. Puede que en realidad no odiara ese lugar tanto como pensaba.
Al fin y al cabo, es el lugar donde me he criado, ¿no? No será el sitio más bonito, quizá siga necesitando escapar y perderme por el encanto de las callejuelas del centro de Madrid, pero sé que por mucho que deteste la ciudad en la que vivo, tengo gente que me quiere, y que hace todo lo posible por sacarme una sonrisa en mi mar de lágrimas. Gente en la que puedo confiar plenamente y mostrarme como realmente soy en un lugar en el que el arma preferida es el insulto. A pesar de todo, no lo cambiaría por casi nada en este mundo.
I'M COMING HOME...